El nacimiento en ataúd, o más precisamente, la extrusión fetal post mortem.
El esqueleto descubierto en Italia en el 2018.
Es la expulsión de un feto a través de la abertura vaginal del cuerpo en descomposición de una mujer embarazada como resultado del aumento de la presión de los gases intraabdominales. Este tipo de entrega post mortem ocurre muy raramente. Las técnicas modernas de embalsamamiento han hecho que las apariciones sean casi desconocidas y, por lo tanto, este término no suele ser parte del léxico médico moderno.
En general, durante la descomposición de un cuerpo humano, las bacterias de origen natural que se encuentran en los órganos de la cavidad abdominal (como por ejemplo el estómago y los intestinos) generan gases como subproducto del metabolismo, lo que produce que el cuerpo se hinche. En algunos casos, la presión de los gases encerrados pueden apretar el útero, incluso forzarlo hacia abajo, y puede voltearse y ser expulsado de forma forzada del cuerpo a través de la apertura vaginal (un proceso llamado prolapso). Si un feto está contenido en el interior del útero, puede por tanto ser expulsado del cuerpo de la madre a través de la apertura vaginal cuando el útero se voltea, en un proceso que, visto desde fuera, se parece a un parto. Las diferencias principales se encuentran en los estados de la madre y del feto y el mecanismo de nacimiento: en el caso de un nacimiento vivo y normal, las contracciones de la madre estrechan y acortan el cuello uterino para expulsar al bebé del útero; en el caso de nacimiento en ataúd, la presión del gas acumulado en el interior del cuerpo putrefacto de una mujer embarazada empuja el feto muerto hacia afuera del cuerpo de la madre.
Se han registrado casos por autoridades médicas desde el siglo XVI, aunque algunos casos arqueológicos sirven como evidencia de su existencia en muchos períodos de la historia humana. Aunque los casos de extrusión fetal post mortem siempre han sido poco comunes, el fenómeno ha sido registrado en circunstancias dispares y a veces es observado en un contexto moderno forénsico cuando el cuerpo de una mujer embarazada yace inalterado y sin ser descubierto tras algún tiempo después de la muerte. También hay casos en los cuales un feto puede separarse del cuerpo de la mujer embarazada alrededor de la hora de la muerte o durante la descomposición, aunque como esos casos no son consistentes con los procesos descritos aquí, no se consideran casos reales de extrusión fetal post mortem.
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